Nací en 1975 en Marín (Pontevedra). Soy gallega de madre vasca y padre entre valenciano y gallego. He sido siempre la pequeña de la casa, de la que me escapé con doce años porque había falsificado las notas, lo que no me impidió enderezar mi camino y terminar un par de carreras en el País Vasco, donde me curé en parte de mi enfermiza timidez y donde me topé con los primeros amores de mi vida que más vale olvidarlos absolutamente. Si unimos esta trayectoria a un par de complejos, a mis cambios de humor imprevisibles, a varios desengaños no amorosos sino personales y a una cierta tendencia melancólica se puede decir que me he visto obligada a escribir para intentar encontrar algún orden en el caos. Mis constantes diarios y mis reflexiones en libretas carpetas, servilletas de papel y demás soportes de celulosa son la prueba evidente que donde mejor me encuentro es escribiendo, terapia de tímidos, raros, esquizofrénicos y extraños habitantes del planeta tierra. Mi trabajo actual, redactora en un periódico local.
El primer escrito que recuerdo haber realizado es un cuento sobre un canario gordo al que bauticé como "Tintilín Calor". Tenía yo unos siete años, de ahí lo del título, que, bien analizado, describe con bastante certeza lo que es un canario -sonoro y de plumaje cálido-.
Que de aquello pueda salir una escritora es mucho suponer. Prometo esforzarme.
Al releer la biografía detecto un cierto tono tristón. Supongo que es porque de la parte de sufrimiento que tiene la vida es de donde arranca la creatividad. Aclaro, no obstante, que he tenido la enorme suerte de encontrarme con personas estupendas en estos años y que he vivido momentos de felicidad envidiable.
Laura Ferrer Arambarri, betelgeuse_1975@yahoo.es